Presentación
virtual del librodel
libro
Más allá del malestar en la
cultura. Psicoanálisis, subjetividad y sociedad. De Yago Franco.
Ed. Biblos
Palabras de Carlos
Guzzetti
cguzzetti@arnet.com.ar
Ante
todo quiero agradecer a Yago la invitación a presentar su libro. Y esto aún considerando
que nos ha hecho trabajar el fin de semana largo.
Siempre
es un orgullo y una responsabilidad presentar un libro. Significa que el autor nos
reconoce como interlocutores de su texto y nos empuja a un trabajo de lectura, pero
también nos pone ante una disyuntiva insalvable. Por un lado debemos entusiasmar al
público para que lo lea pero, como en cualquier novela de suspenso, no podemos revelar el
desenlace, porque perdería la gracia. Los comentarios que hagamos no podrán ser
compartidos plenamente por Uds., que se supone que no lo leyeron todavía, pero tampoco
podremos explayarnos demasiado a riesgo de estimular la pereza de los futuros lectores.
¡Sobre todo debemos ser prudentes para que nadie pueda evitar comprarlo!
Por
todo esto sólo intentaré contarles algunas impresiones que me produjo la lectura y
señalar algunos subrayados que hice al texto.
En
primer lugar, lo cual no intenta ser un aporte para nada original, ya que el título del
primer capítulo lo indica, (Psicoanálisis, política y sociedad) éste es un libro
político. Con esto quiero decir que es un libro que habla de política, de los
quehaceres de la polis y el lugar del psicoanálisis en ella. Los textos de Yago proponen
una lectura política de la praxis analítica, al tiempo que reconocen esta praxis como
resultante de condiciones económicas, sociales y políticas.
El
propio título es una proposición política: ir más allá del malestar en la cultura
freudiano. Se propone como una continuación de esa obra y, por lo tanto, como una
interrogación, un cuestionamiento de la misma. Además, ese más allá apunta
a construir un concepto que permita operar en las condiciones de nuestra contemporaneidad,
que el autor define como sustancialmente diferentes de las de un siglo atrás.
Pero,
además de reflexionar sobre política, el libro en sí es una intervención política.
Yago ha tenido la gentileza de indicar en cada capítulo el contexto en el que fue
producido. Por lo general se trata de ponencias en distintos ámbitos del país y del
exterior, por lo cual resulta claro que cada uno de ellos interviene políticamente en un
contexto. Se nos escapan por cierto los pormenores de esos contextos y tampoco es el caso
de rastrearlos. Después de todo esas intervenciones han pasado a formar parte de una
mayor, que es el libro. Y sostengo que la edición del libro es un acto político porque
viene a introducir pensamientos laterales al psicoanálisis quizás convendría
decir diagonales- que ponen en cuestión las teorías y las prácticas del
psicoanálisis porteño hoy, tan variopinto y autorreferente, a veces olvidado de sus
raíces en la cultura de una época.
Varios
de los artículos han sido publicados en El psicoanalítico, el periódico virtual que
Yago impulsa junto a otros colegas desde hace un tiempo, otro gesto político que
acompaña la edición de este libro.
Además,
me permito esta digresión de matiz narcisista, nos ha invitado a presentarlo a tres
colegas del Colegio de Psicoanalistas, lo cual parece indicar que este evento también es
un gesto institucional.
Por
otro lado, de la lectura de las pruebas de galera concluyo que éste es un libro de tránsito
lento. Y rápidamente me explico porque si no podría suponerse que es un texto
de difícil lectura. Todo lo contrario. Si bien apela a conceptos de varios autores y a
los propios, que tienen su propia complejidad, no me refiero a eso. Los artículos
enhebrados en el libro proponen un ritmo de idas y vueltas. Las ideas se nos presentan una
y otra vez bajo distintas luces y van tejiendo una urdimbre sobre la que Yago construye su
sistema de pensamiento.
La
metáfora intestinal que nos propone en el primer capítulo es casi un plan de trabajo. Es
un texto que requiere varias digestiones, que instala las ideas poco a poco y nos convence
con obstinación. Hace lo que dice, tiene un valor performativo porque impone una
temporalidad propicia para la elaboración, una temporalidad rebelde contra las prisas de
los tiempos. En efecto la aceleración resultante del capitalismo en su fase de
descomposición planetaria resulta aplastante para la subjetividad y ésta es una de las
premisas teóricas del todo el libro. Entonces nos propone detenernos, volver sobre las
ideas ya enunciadas, darles otra vuelta de tuerca y anudar una nueva significación cada
vez, oponiéndose de este modo a la destrucción de significaciones propia del proceso
social contemporáneo.
Los
artículos que lo componen pertenecen a distintos momentos a lo largo de más de diez
años. Eso nos permite apreciar el pensar del autor en movimiento, cómo algunas de sus
ideas fueron precisándose, enriqueciéndose y transformándose. La última página nos
deja con la sensación de que todavía Yago tiene mucho más para decir en los próximos
tiempos.
Decía
que el libro es una intervención política guiada por la convicción de que la praxis
analítica puede impulsar al sujeto al desarrollo de un pensamiento autónomo, frente a la
vorágine de destrucción de significaciones y afectos que -Yago dixit con Castoriadis y otros cuantos más- provoca
la universalidad del discurso capitalista. Y esta propuesta política se cimenta en una
ética, heredera sin duda de la ilustración y de fuerte cuño freudiano, que sostiene la
plena vigencia de las significaciones de la igualdad, la libertad, la justicia y la
pasión por la verdad.
Otro
elemento a considerar es el par opositivo destrucción - creación. Son fuertes las
afirmaciones que señalan las diversas modalidades de avance de la insignificancia: la
temporalidad trastocada, la simultaneidad que suplanta a las secuencias elaborativas, la
destrucción de la dimensión poiética del lenguaje, la destrucción del afecto, el tedio
y la violencia. Todo ello conforma lo que Yago denomina más allá del malestar en
la cultura. Un malestar excesivo que sume a los sujetos en una pandemia de
desamparo, cuando claudican las significaciones imaginarias sociales que operan siempre
como protección ante el desborde pulsional.
Pero
poco haríamos con un diagnóstico tan certero como sombrío si no contáramos con el
proyecto político que el libro nos propone. Afirma con Castoriadis que en los
momentos de destitución...es difícil ver el horizonte de la creación (Pág. 103)
y unas páginas después parece atisbarse ese horizonte. Una cita de Bifo Berardi:
la primera generación videoelectrónica ha adquirido competencias de elaboración
sin precedentes en la mente humana (Pág. 114) sirve de pie para formular ese
proyecto: ante lo inevitable de los procesos que se desencadenan en el capitalismo
tardío, ante este verdadero salto antropológico, los esfuerzos de nuestras praxis deben
apuntar a trasvasar los valores rescatables de la modernidad: solidaridad, igualdad,
justicia y libertad.
En
este contexto apunto una pregunta. ¿Es éste un más allá del malestar en la
cultura, al modo en que Freud formuló un más allá del principio del placer, o se trata
de un malestar propio de nuestros tiempos, con sus destrucciones y sus potencialidades
creativas, que, indiscutiblemente, se muestran más que vivas en el arte, la ciencia y la
política, los procedimientos de verdad que enumeró Badiou, de los cuales el
psicoanálisis forma parte fundamental?
La
hybris capitalista no muestra su rostro tan sólo en las formidables empresas de
destrucción de las fuerzas productivas que la historia más reciente nos muestra, en las
guerras regionales, las crisis económicas, la dilapidación de los recursos naturales, el
envenenamiento del planeta y los innumerables dispositivos de aniquilación subjetiva. Esa
desmesura también es el combustible con que se alimentan los más valiosos
emprendimientos del espíritu humano, expresiones de la imaginación radical, de los
cuales nuestra disciplina es una pequeña porción. La tarea de aliviar el padecimiento
está hoy más vigente que nunca. Por eso estamos hoy aquí y todos los días en nuestros
consultorios y en las instituciones donde trabajamos.
Para
ir terminando, pienso que este libro habita una frontera. Como bien sabemos, la frontera
es un territorio que tiene una topología singular. Si bien parece que todo se trata de
una línea que divide, allí mismo se desarrollan procesos de inmixión, de mestizajes
étnicos y lenguajeros, en suma, de creación de nuevas significaciones siguiendo la
jerga del libro- que no pertenecen ni a uno ni a otro territorio, sino a una nueva
categoría. En este sentido el libro habla en spanglish o portuñol, un dialecto que se
precia de no ser dogmático y que oficia de puente entre diversos campos del pensamiento.
Un psicoanálisis que se piensa en situación, como verdadero hijo de los tiempos y no
sólo de los tiempos de su invención, hace más de un siglo largo, sino de los tiempos de
nuestra práctica de hoy, tan diversa de los estándares propugnados por las instituciones
esclerosadas.
Después
de leerlo, me quedó una sensación de expectativa y de inquietud. Expectativa porque Yago
promete en la introducción nuevos desarrollos sobre clínica psicoanalítica, cuyos
retoños ya se anuncian en muchos pasajes. Inquietud porque, como creo en la capacidad
diagnóstica que Yago ha demostrado, pende sobre todos nosotros la sanción explícita de
una grave perturbación psíquica. Y entonces, esperemos que el próximo libro nos aporte
alguna respuesta más tranquilizadora. Porque Yago no perdona: ¡TODOS SOMOS BORDERLINE!
El
libro puede ser adquirido - entre otras - en las siguientes librerías de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires:
Paidós - Av. Las Heras 3741 Loc. 31
Gualdalquivir - Callao 1012
Arcadia - M. T. de Alvear 1548
Hernández - Corrienters 1436 y 1311
De la mancha - Corrientes 1888
Eterna cadencia - Honduras 5574
Prometeo Corrientes 1916 y Honduras y Gurruchaga
Letra viva - Coronel Díaz 1837
Y en los próximos días en librerías de
las ciudades de Rosario, La Plata, etc.
Y
puede ser adquirido on line cliqueando aquí, en el sitio de Librería Paidós
Volver a la página principal de la presentación
|